Algunos actuan, otros hablan y pocos piensan.
Yo me limito a observar.

Si muero mañana, no me extrañes, si en vida no lo hiciste, muerta ya no importa.

martes, 6 de diciembre de 2011

Difícil

a veces nos es difícil aceptar lo que no entendemos. vemos que las cosas, por inercia, se encauzan en una espiral, y se convierten en una bola de nieve gigante y cuando nos damos la vuelta la tenemos ahí, detrás, a punto de aplastarnos... no nos damos cuenta de que esa descomunal bola blanca no es más que un minúsculo granito de arena... y que todo ese peso podría desaparecer con tan solo querer.
mientras tanto, necios, continuamos ciegos, sin querer entender... sin querer querer.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Letanía

Una sombra, sinuosa, apenas, cae
como un velo cortante
rompiendo, quebrando el cielo
en mil pedazos.
Resplandecen las paredes blancas
de cal al ruido
sordo, metálico.
Se alza un muro rojo,
de ladrillos ásperos.
Intenta separarnos. Edificando la realidad...
La grieta se abre negra sobre la pared,
la parte como si fuera plastilina.
Endeble.
Y, chorreando, al vacío cae el agua
la que viene de los tejados, y, aún así,
se me continúan cayendo los párpados
me sumo finalmente en un tiempo
pausado.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Madame

Ingrávida se sumerge en un estallido de sensaciones. Pulveriza las cortinas de la satisfacción hecha un ovillo lúdico similar a aquel perteneciente a un felino indiscreto. Se siente agraviada por la inconclusión de la réplica de su amante bohemio, por la incapacidad de eternizar la indecisión. Se le cae irremediablemente el antifaz, ya no tiene fuerzas para protagonizar su colmado descontento.

jueves, 20 de octubre de 2011

Little Miss Sunshine

De un viaje podría escribir durante días, porque he viajado lo suficiente como para saber que son días los que parecen pasar cuando apenas han sido segundos; siglos los que parecen correr sin que ni yo ni nadie haga ni pueda hacer nada. Tiempo. Es todo cuestión de tiempo y de que el siguiente suspiro consiga ser el que te acostumbre a la novedad de sentirte una, contigo, con la habitación  que te acogerá las próximas noches, con los recuerdos que se te apelotonarán haciendo que para tí el día más soleado se vuelva mate... Podría remontarme al principio de los principios,  al primer momento, a la primera risa, a la primera comida, las primeras confidencias... Lo poco se hace mucho, y lo mucho se nos quedó corto... Podría mentir y decir que una despedida más no me hará llorar, porque, claro, yo me he despedido muchas veces... Podría empezar a verlo todo negro, y deprimirme una vez más, para variar... porque siento que no he acabado, que ni siquiera pude empezar... Podría frustrarme, quejarme, sintetizando; pasarla putas... Podría comenzar a rememorar canciones, frases y videos varios... Pero esta vez me quedaré en eso, en un pequeño hasta luego. En devorar a la espera antes de dejarla abrir la boca. En darte las gracias por haber estado en el momento y segundo exactos. Y por haberme enseñado porqué debería usar crema solar
No voy a escribir mucho más, porque no sé ni por dónde empezar, así que esto sería un sinfín, te impacientarías...
Un beso, un abrazo, un buen viaje y un par de nomeolvides 

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cupcake

Ocho de la mañana. Los coches pasan por la calle haciendo el mismo ruido que millones de abejas en un enorme panal. El rocío sigue pegado a las hojas del jazmín del balcón. La terraza está húmeda. Estoy empezando a sentir frío. Destapo la tetera japonesa. El vapor se eleva para desaparecer instantáneamente. Una brisa matutina recorre toda la calle, se lleva por delante las primeras hojas que han caído. Este otoño va a llover. He sacado tostadas y napolitanas de chocolate, sé que te gustan más que las de crema, por eso compré magdalenas con merengue. Me encantan, ya te lo conté alguna vez, me hacen recordar. 
Sigues dormido, el madrugar no forma parte de tu persona. Sonrío, tonta. Me encanta eso de tí, aunque nunca te lo diga no sea que un día te encuentre convertido en marmota. Las cortinas blancas se agitan. En la calle hay una bolsa que navega en el viento. Da vueltas en el aire, desciende, planea sobre el asfalto, se queda con las hojas mustias... Están abriendo los de al lado del bar, creo que es una tienda de antigüedades, pero no estoy segura. 
Se me escapa una lágrima. Tengo frío. No sé porqué, siempre vuelvo a pensar en tí. Ahora me estoy acordando, aquel día en el parque. El estanque a la derecha y el paseo de árboles que se abrían paso rompiendo el suelo adoquinado. Primavera. Me cogiste la mano, y me pareciste la cosa más hermosa del mundo. Un suspiro. Sólo pude devolverte un suspiro. Me habías hecho tuya. La imagen desaparece velada por el sol, nosotros seguimos caminando. 
Bostezo. Yo me convertiría en lirón. Recojo el merengue rosado con la punta del índice. Aroma a menta, el té se mantiene caliente. Hoy no preparé café. Petra aparece ronroneando por detrás de las macetas. Su pelaje negro brilla mientras me acaricia los tobillos. Sus ojos verdes me observan. Qué lista es. El cielo está despejado, sólo se ve una nube, blanca, casi transparente. Han encendido los aspersores. Las gotas saltan. Agua. Echo de menos el sol ardiente, como el de aquel día en la playa.Verano. En la casita blanca frente al mar. La buganvilla enroscándose por la madera verde. La arena áspera, las olas chocando contra ella. Nuestros cuerpos secándose cómo lagartijas. Descansábamos, perezosos, como solo nosotros dos sabemos ser. Un beso sabor a sal. Una sonrisa. Te quería. Recuerdo que te levantaste, y caminaste hasta la orilla. Te quedaste así, tal cual, mirando al horizonte azul, al tiempo eterno. Sí, sí que te quería.
Ocho y cinco. Sigo sentada. Hoy es viernes. Aún no se qué haré. Tú tienes que trabajar por la tarde. Hemos tenido suerte. estás haciendo lo que quieres. Quiero escuchar música. Petra me sigue hasta el salón. Parece como si todo dentro del salón se moviese por una carga eléctrica. Estático. A cualquiera le sería fácil perderse entre la cantidad de cds y libros que rebosan las estanterías. Qué se le va a hacer, es lo que nos gusta. Sé lo que estoy buscando. Thomas Newman. Este disco me lo preparaste tú. "...and breathe me."   Bajo el volumen. No quiero despertarte, que después estás roñoso. Tenemos la mañana entera para los dos. Creo que voy a salir a hacer fotos, por donde el ferrocarril. Quizá hoy podamos ver alguna película cuando regreses, después de cenar. 
Quizá podamos terminar de planificar ese viaje a Italia. Siempre he querido ir. Tengo una foto del Lago di Como de salvapantallas, tú sabes porqué me gusta. Voy a necesitar un jersey, estoy helada.
Me lleno la boca con un trozo de magdalena. Siento su presencia detrás. Él camina, con esos andares únicos. Él; tú. La música ha llenado la casa, nos traslada a cualquier otra parte del planeta. Te veo. Te acercas más. La Bequita de Thackeray descansa cerca de mi taza con todas las páginas abiertas.
Ocho y diez. Frente a frente. El sol sigue tragándoselo todo con su luz. Sonríes. Me coges la mano, minúscula entre las tuyas. Dejas algo en ella, sé lo que es; pero ya no existe nada más que tú. Y el tiempo ese factor tan misterioso, irritante, necesario, único; deja de existir. Como aquel día en la playa. Como en los recuerdos.

lunes, 12 de septiembre de 2011

¿Ahora?, ahora me toca a mí ser feliz, ¿no?

Sí, sabes que siempre voy a perdonar.... soy así de boba, y aunque no olvide las cosas, me verás con una sonrisa, como si nada pasara, como si el tiempo no me dejara mecha, como si el que te la sude no me reviente. Sí, sabes siempre qué decir.... y porque soy boba... me quedo callada como si no tuviera nada más que añadir, como si con mi silencio asintiera reconociendo un error que nunca cometí. Me quedo callada, muda... porque se me van las palabras de la impotencia que siento, de lo cargada que ya estoy de todo, lo tuyo, lo mio y lo de ellos. Porque ya son muchas putaditas juntas, muchas mentiras a medias y sonrisas falsas, muchos malos rollos por gusto, y muchas palabras huecas, vacías como... ¿para qué engañarnos? como tú.
Pero, ahora, por si te interesa... creo que no volveré a agarrarme a la almohada fría esperando que vuelvas a buscarme, creo que no voy a pasar los días con cara de muerta, porque no tengo ganas ni de mirarme el reflejo, creo que no voy a derramar lágrimas mientras camino por el parque, por la calle, por todas partes como si la vida me fuera en ello... Gracias a tí, porque colmaste el vaso, no voy a dejarme llevar otra vez. Y es que creo que ahora me toca ser feliz. ¿ no crees ?

sábado, 20 de agosto de 2011

Just not that into you... ;)

**Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan, nos piden que creamos en ellas: El giro al final de la historia, la declaración de amor inesperada, la excepción a la regla. Pero a veces estamos tan obsesionadas por encontrar nuestro final feliz, que nos olvidamos de leer las señales. Las que diferencian a los que nos quieren de los que no, a los que se quedaran de los que se irán. Y es posible que ese final feliz no incluya al hombre ideal. Puede que seas tú, recomponiéndote y volviendo a empezar, liberándote para algo mejor que puede haber en tu futuro. Puede que el final feliz sea simplemente pasar página.**

domingo, 7 de agosto de 2011

Citando....

Ella le dijo; "Hoy has sido mi héroe"
Él la miró con su carita blanca, tranquila y con sensillez le respondió;
"Ya, como tú cada día mamá"

Nocturna

Las baldosas frías nos arropan. El polvo flota en el ambiente vetusto. Un vacío de silencio y murmullos ahogados desciende a nuestros pies, en una eterna escalera que aparece como la garganta de una víbora de piedra. Y, nosotros, parecemos dos animalillos escondidos de las miradas, las palabras, las falsas sonrisas. Nos buscamos a tientas, oliéndonos, rozándonos, bebiéndonos insaciablemente.
Entrelazo mis suspiros con tu aliento entrecortado. Me agarro a tu cuerpo como una niña asustada, con miedo a perderte, a que me olvides... sigues agitándote incontenible dentro de mí.
Y tras todas esas ansias nos quedamos así, un minúsculo ovillo en medio de un rellano congelado. Consigues que me relaje rozando mi nuca, recorriendo mis dedos con los tuyos, obviando que mi posición esquiva no sea más que una pose para agradecer tu compañía en mitad de la noche.

martes, 2 de agosto de 2011

Repugnancia

Si no fuera por lo mucho que significa para mí, ahora no estaría insomne, pensando en que mañaba me despertará un nuevo día y que todo lo que ha pasado se quedará marcando tan sólo un momento de mi existencia y el que me sienta mal, no significará nada más en unos días.
Si no fuera porque tengo la absoluta certeza de que la única forma de avanzar es cometiendo errores, aprendiendo de ellos, no creo que ahora pudiera tener la suficiente valentía de levantar la cabeza siquiera y mirarme al espejo, porque me daría asco de mí misma.







Epitafio

Me gusta aplastar. Dejarte sin aire, palpitante, expectante de mi siguiente movimiento. Rápida, silenciosa y con la boca rasgada por una sonrisa cínica, no llego a planear mi aventura. Me encanta, me deleito con tus estremiciemientos, y veo como los hilos caen tensos de mis dedos, sujetando las extremidades de tu ser. Ácida, el carácter me abstengo de controlarlo pues únicamente convertiría en misa a mi renaciente experimento. Soy polifacética, pero, por lo general, prefiero enmascararme con ironía, y, sí, sé actuar, engañando hasta al más doctorado. Convenzo. Me puedo convertir en reptil, en una serpiente, una víbora, arrastrarme por tus vertebras y enroscarme en tus caderas sin petición previa. Soy capaz de metamorfosearme en una diosa invisible, pero palpable, pues dejaré  que llegues a mí, que me roces. Te advierto que intentarás engullirme, hacerme víctima, querrás que pida clemencia como una esclava vestida de sedas, atada por cadenas oxidadas. Pero yo no me rindo, soy altiva, sagaz, y aunque, magullada, me quedarán fuerzas y te rasgaré la espalda, la garganta a arañazos. Haré que te sumerjas en vapor, que te ahogues incapaz ya de hablar. Conseguiré que enloquezcas, sintiendo cómo revientas por dentro y te sujetarás la cabeza pues te darás cuenta cuando pierdas la cordura. Me voy a encargar personalmente de hacerte sufrir, y me aseguraré de que sientas que el hielo arde y te abrasa la piel resbalando rígido por ella mientras esta se te cae a tiras. Será tu renacer, y te dejará un sabor dulce. Finalmente, te puedo asegurar algo más, y es que llorarás el que no me quede más tiempo.


lunes, 25 de julio de 2011

Drunk Talk

"Oye pero si algo he aprendido es no picar dos veces en el mismo sitio" con esto se me desvela el intento de sueño, en una noche caliente por la que el aire no corre y en la que mi dedo pequeño sigue resistiéndose a soldarse. Sí, sigo con una minúscula fractura y algunos grados de alcohol de más en las venas que no me dejan dormitar, ya sin mencionar los factores externos propicios a dejarme toda la noche mirando distraída al techo metálico de la litera.


27 candles

  

Here's an small tribute to some who had a great voice, an enormous voice, and that have become a part of our history as myths.

martes, 14 de junio de 2011

1, 2, 3...

...a veces, en esa carrera asfixiante que es nuestra vida, conseguimos mirar a nuestro alrededor, y vemos el camino por el que vamos; a veces, nos golpeamos y caemos sin poder agarrarnos, y el golpe es tan fuerte que nos devuelve a la realidad; a veces, otra persona corre a nuestro lado, y no podemos evitar llorar cuando se va por otra parte; a veces, sólo a veces, nos damos cuenta de que es demasiado tarde...

12 de mayo 05:05 - ApocAlíptik

...en un zumbido sordo vuelan millones de paradas de bus, a diversas horas del dia, con muchas personas... papeles volando, una luz roja de laboratorio, rodeada de un ambiente puramente químico.... intoxicante; cigarrillos que van y vuelven en ese espeso vapor gris; sonrisas inacabadas por la inseguridad de las situaciones; lágrimas agridulces que han salido carcomiendo el resto de tu cuerpo, tu mente; el suelo frío de una escalera al lado de la azotea. Has perdido la voz incapaz de reconocerte ni a ti misma, lo sabes, te has convertido en la imagen empañada del espejo de un bar olvidado... y en tu habitación, ya sólo logras reconocer cuatro fotos malpegadas a la pared áspera... y lo ves pasar, el tiempo, el pensar, por un carrete blanco y negro, durmiendo eternamente en una montaña de ropa usada... vuelas, y te acuerdas de él, de ellos, todas y cada una de sus sonrisas, de sus rarezas.... todas y cada una de esas veces que no volverás a tener.... es entonces que caes y te das cuenta de que sí, ha sido raro.... el año que más rápido se te pudo escapar, y tú... te quedas con la sensación de que todo no es más que una metáfora onírica....
sí, ha sido largo...y quizá en un tiempo piense que ha valido la pena...

Candy

I carry your heart with me(I carry it in my heart)
I am never without it
(anywhere I go you go, my dear; and whatever is done by
only me is your doing, my darling)
I fear no fate
(for you are my fate, my sweet)
I want no world
(for beautiful you are my world, my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you
here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud of the bud
and the sky of the sky of a tree called life; which grows
higher than soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart
I carry your heart
(I carry it in my heart)

by E.E Cummings

Ce n'est pas la fin.... (se dice así?)

.. y es que hemos cometido el craso error de decir durante años, muchos, que en este mundo hay un fin para todo. Me levanto despierta, y reprocho con un NO, porque en la vida no existe el final, solo vivimos de principios, y esa palabra tan cortante, afilada y desesperanzadora (FIN) no significa más que el comienzo de una nueva etapa... un instantáneo continuará...

viernes, 3 de junio de 2011

LIV

Y, ¿qué es la vida?
Es una serie de fotos en movimiento, son perfumes, sabores, es música, lo es todo y es nada,
y tú sólo tienes que sentirla

sábado, 23 de abril de 2011

Utópico

  El susurro del viento por encima de un campo de amapolas en flor, un saco de lentejas, garbanzos o judías donde poder meter la mano, un bar zarrapastroso de Malasaña, esas luces de navidad que colocan en los árboles, miles de envoltorios de caramelos, la ciudad entera desde la azotea, el olor del mar, un campo de centeno amarillo, la luna llena entre las copas de los árboles, una pared de ladrillo iluminada en la oscuridad, un Golden Retriever (ese perrito del anuncio de papel higiénico) con una pelota de plástico, el olor de ese champú del segundo estante, sí, ese que huele a flores, el viento agitando insistente el pelo, un sonajero colgando de una ventana, una librería de segunda mano, una vieja en un banco echando migas de pan, unos converse desgastados, que no sucios, un bol de helado de chocolate, viajar en el asiento del copiloto por una carretera vacía, el columpio del patio de atrás, una colección de conchas, erizos y estrellas de mar, montar olas totalmente desnuda, estar tumbada sobre la arena caliente, la caída de una gota de agua, comer copos de nieve, pisar las hojas marrones en un día nublado, terminarse un libro gordo, de esos de más de trescientas páginas, el maullido de un gato pequeño, la sonrisa de Liv cuando se despierta, las sandalias de cuero, un tatuaje de una mariposa de perfil, el mío, un jersey ancho de color gris, un carrete de fotografía, el autobús 126 por la mañana, la luz del sol reflejada en la cortina, el incienso de jazmín, el arroz con leche de mamá, las monedas de un céntimo, los ticket de transporte, los folletos de publicidad que te dan en Sol, el último y el primer día de clases, una vespa roja, un elefante, la sección de perfumes, las pipas Tijuana, una pared naranja, los imanes de la nevera, una tira de fotos del fotomatón, la sonrisa de los niños del tercer mundo, Waterhouse, una película francesa, el inglés de los australianos, un hombro a contraluz, las chancletas de goma, una hoja de laurel seca, el ballet de El Lago de los Cisnes, una noche neoyorquina, el yogur griego con mermelada de arándanos, un llavero de un cerdo rosa, figuritas de duendes de cerámica, pegatinas con frases curiosas, los números capicúa, revelar una foto y ver como las líneas negras aparecen sobre el papel blanco de manera misteriosa, mágica, los polvos de Campanilla, las nanas olvidadas, el tono de voz de cada persona, las listas de libros, la caída lenta de las hojas, los últimos segundos antes de quedarte dormido, sorprenderte ante algo bello, ver a alguien a quien has mirado mucho tiempo...
Descubrir que puedes hacer una lista interminable sobre cosas que hacen que el día a día, ese que se convierte en una monotonía aburrida de por sí, ese que parece que te ahoga arrastrándote por una corriente turbia.... al final, te valga la pena.

domingo, 17 de abril de 2011

Tic Tac

Corría por la calle oscura. Ya no se acordaba de lo que había ocurrido unos minutos antes. Una imagen le venía una y otra vez a la cabeza. Era ella, arrodillada, vomitando sobre unas plantas. Había mirado la hora, y llegaba tarde. Así que corría. ¡Qué absurda y patética! ¿Qué pensarán ahora de mí?
Y seguía corriendo, aunque las piernas le dolían y sentía punzadas, como si le hubieran pegado hasta hacerla explotar por dentro, ella, corría. ¡Qué sola! Las lágrimas se apelotonaban queriendo salir. Pero ella sólo corría, sin mirar atrás, sin entender nada, ya  no veía, y había perdido la noción del tiempo, que sólo se guiaba con el compás de su respiración. 
Ahora sólo podía correr.

viernes, 18 de marzo de 2011

NeverMind

Aquí, sentado, me pierdo en la claridad cegadora que entra por la ventana. Intento apagar las palabras que recorren la estancia, pues ya no son más que una sucesión de nimiedades que sólo intentan enriquecer esta eterna monotonía. Ya no veo una única idea con claridad, pues nos hemos convertido en corderos inertes de una realidad pasiva, que persistimos en crear, con escepticismo, en algo verosímil. Esta vida tan limítrofe pero de la que ni siquiera somos capaces de tomar control.
Aquí, sentado, en una silla verde, una copia más de un todo grotesco, me doy cuenta de lo insignificante de mi presencia. De la evidente acidez con la que hemos llegado a ser un simple ente numérico. Con qué ironía nos hablan y nos intentan encandilar hasta llegar a convencernos de formar parte de esa añorada hipocresía.
Aquí, sentado, la veo más allá, sonriente, cargada de una inocencia ingenua con la que se maquilla a brochazos. Ella, que, paradójicamente, busca entender todo lo que nos rodea, y que no lo consigue, quizá porque, inconsciente, se priva de ello, ansiando encontrar un mundo utópico en el que poder encogerse sobre sí y no ser vista.
Aquí, sentado, la quiero en silencio. Y quizá ella nunca notará mi enfermiza admiración.


Photo by Neil Krug

domingo, 6 de marzo de 2011

V.

Olvidemos las tardes de primavera,
aquellos suspiros perdidos en la espera,
los recuerdos que guardamos en cajas de zapatos,
las sonrisas tibias, y los cálidos abrazos.
Instantáneas color sepia que avivan las cenizas de tu ausencia,
trozos de tu ser vestidos de demencia.
Fragmentos inconclusos de una historia de leyenda;
yo, una Eco vencida por las aguas negras
consumida por los gritos que rasgan las cuevas
sometida a tus palabras que me dañan como una espada
Sí, olvidemos las tardes de una historia inacabada

lunes, 28 de febrero de 2011

Patience

El cigarrillo se consume lenta, muy lentamente entre mis dedos inseguros. Incontables personajes se mueven a mi alrededor. No hace calor. Me llevo el cigarrillo a los labios. Aspiro. No me gusta realmente el olor ni el sabor, es la sensación del humo corriendo por mis pulmones, llenándome, la causante de mi famélica adicción. Dejo escapar ese humo gris en el infinito aire. Me encanta. Me encanta como se ve, perdiéndose en esta tarde. Lo miro en silencio, ascendente. Y a mi lado el tumulto asfixiante se sigue moviendo informalmente. Con prisa, sin prisa; en silencio, chillando; sonriendo, llorando; en grupo, solitarios...
Inhalo otra vez. la punta se convierte en ceniza roja. Te sigo esperando. Empiezan a caer las primeras gotas. Y observo, una vez más como el humo continúa ascendiendo, desapareciendo. Miro por si te reconozco entre alguna cara turbia. 
Pero no estás.

Ocurrencia

Últimamente oigo voces en mi cabeza. 
No me dejan. Me atrapan en un ruido sordo, en una pegajosa telaraña de la que no consigo soltarme.
Y me desespero, inmóvil, quedándome con lentitud sin aire. 
Y el pecho se me hunde, pesado, cada vez más pesado "...pluma de plomo, humo ardiente, fuego glacial, salud enfermiza, sueño desvelado..."
Creo que no sé quién soy, porque he dejado de reconocerme en esa imagen empañada que me devuelve el húmedo espejo.
Qué hago aquí, y por qué siento lo que tú no...Soy incapaz, incapaz, incapaz... de entender. 
Y entonces, lentamente un dolor muerto me hierve el oído, la cabeza, el pecho y termina pulverizando todo mi cuerpo, achicharrándolo en una hoguera. 
No sé quiénes son, no sé qué quieren.
Pero, por desgracia, o quizá por locura;
Últimamente oigo voces en mi cabeza.

Past Time

No me lo quería creer, así que supongo que en cierta medida es mi culpa. 
Me daban miedo tantas cosas...que, al final, creo que dejé de ser yo, e intenté gustarle más.
Y cuando decía que me daba igual que no me mirara, que no viera que estaba ahí... mentía, mentía lo mejor que podía. Y ahora la cabeza me arde sólo de pensar lo que YO sola he provocado.
Y por más que intento contener las lágrimas, no puedo evitarlas, y, ellas, no dejan de estar ahí, agrupándose, goteando, doliéndome en el pecho.
Y, con un nudo en la garganta por su culpa, seguiré mirando alto. Maquillándome la cara con una sonrisa.
¡Joder!, cómo le he querido, cómo le quiero aún... y cómo voy a echarle de menos.

Rarezas

La habitación estaba en penumbra. Una lámpara de cerámica blanca proyectaba puntos de luz. Era la única iluminación. La noche era fría y seca. La litrona que descansaba sobre la mesilla estaba casi vacía y la música lo inundaba todo, moviéndose como una nube espesa por toda la casa y consiguiendo llegar a los rincones más perdidos, aquellos  en los que nadie se fija.
No había ocurrido nada, aún no.
Ellos se habían ido desplazando lentamente por el sofá. Buscando la posición más correcta, la más cómoda. Sin dejar de hablar, o más bien comentar esos pensamientos que uno se guarda para sí, por miedo a compartirlos y perderlos. Perderlos para siempre. Y, curiosamente, ellos dos habían perdido el miedo.
Era una sensación extraña, como se habían conocido, como todo transcurría y cómo habían llegado al punto en el que estaban. No se lo podían explicar. Veían como el tiempo había parado a su alrededor, como cuando pones en pausa una película en la que las imágenes se suceden a una velocidad vertiginosa.
La música seguía sonando, flotando en esa foto sin tiempo que estaban viviendo. No se miraban a los ojos, simplemente escuchaban abrazados todo lo que se arremolinaba a su alrededor.
Sus dedos  se buscaron rozándose y entrelazándose en una danza infinita. Y lo mismo hicieron sus cuerpos. 
Y aún no había pasado nada. Aún no. 
De repente parecía que las canciones se achicaban, quedándose demasiado cortas. Y que el tiempo, antes tan pesado como el plomo, volvía a correr. "El tiempo está en nuestra contra", y ella sonrió.
Permanecieron allí, en silencio respirándose, sin tocarse... y la música continuaba marcando un compás distinto, mientras sus cuerpos eran los que guiaban todos los pasos. La mente, la razón se había esfumado. La gente desaparecía. Los recuerdos dolorosos de unas horas antes...ya no existían.

Y ocurrió, lo que ellos ni siquiera se habían llegado a plantear. Comenzando como un tibio roce, que ni siquiera se notaba, y terminando por ser una melodía, que él había conseguido tocar y que ella supo seguir. 
¿Me preguntas cómo lo definiría?...fue la excepción de la regla... Nada premeditado, preparado, pensado....Lento, muy lento. Y, más  que nada, por encima de  todo; único

lunes, 21 de febrero de 2011

Semplicemente

Camino sola, entre una multitud de rostros sin historia. Camino rodeada por un frío que me come el alma y me quema por dentro. Camino, ya sin saber bien a dónde ir. Camino con el único deseo de verte. Camino con los pies en el gélido asfalto y la cabeza perdida en el infinito del cielo gris. Camino triste porque tu mirada ya no está aquí. Camino, sólo camino, sin saber ya bien quién soy ni quién quiero ser. Camino perdida en un mundo de nada, de promesas sin cumplir, de deseos rotos y de sueños de los que nadie consigue despertar. Camino, mientras tu recuerdo insiste en volver. Mientras tus palabras resuenan en mi cabeza, recordándome que un día fueron dichas de verdad.
Camino, queriendo saber el por qué de esta vida y sin ver una razón clara que me obligue a seguir caminando. Camino sola en el olvido, queriéndote más y más a cada minuto, cada segundo que pasa. Camino sabiendo que nunca volverás y que cada día será como si nunca hubieses estado aquí. Camino odiándonos, sufriendo los momentos que discutimos que malgastamos con palabras nimias, insonoras ahora, y también adorando otros momentos, aquellos en los que el futuro no venía de nuestras manos.
Camino queriendo que nuestros labios se entrelacen una última vez y que nunca más se despeguen. Camino paso a paso, sola, sin tí, viéndote allí donde una vez estuviste. Camino, simplemente, recordándote.

Bellas Artes

La ciudad se levantaba a nuestros pies infinita. Un color gris, nada homogéneo, cubría la inmensidad que nos rodeaba. Pero para mí sólo existía él. Sobrecogida por la vista que podía alcanzar desde aquella azotea, me sujeté a la baranda de piedra, más que nada, como autorreflejo, y me sumergí entre los incontables edificios.
Sigiloso, como siempre, se acercó a mí. Me abrazó desde detrás colocando su barbilla en mi hombro izquierdo, acompañándome en mi nado, como queriendo adivinar lo que veía. Desde que le conozco hace lo mismo, y nunca deja de ser tierno, como cuando un  niño te mira sonríente con los ojos muy abiertos, pero sin ninguna razón en especial.
Giré la cabeza lentamente hasta que nos encontramos cara a cara. Nuestras manos se entrelazaron formando dos puños. Me rodeó completamente con sus brazos. Y, manteniendo la lentitud, nos fundímos en un beso cálido, esperado y, más que nada, eterno como todo lo que nos rodeaba.


A H., porque una noche de enero me di cuenta, a mi pesar, de que ese recuerdo jamás lo llegaríamos a tener

entrada

Dejé este espacio en blanco el día que escribí por primera vez en el blog.... sencillamente no sabía qué decir porque me caracterizo por dudar y querer ser perfeccionista... aunque he de admitir que tampoco lo soy....
Este es un blog que llevo más que nada como un cuaderno electrónico en el que, cuando me acuerdo, y cuando se me llenan las páginas palpables de mi cuadernito verde, pues decido compartir esas palabritas que para unos pueden tener poco y para otros mucho significado.
Sencillamente espero que aquel que me lea... disfrute como lo hago yo al escribir
L!ly

PS: muchos de los archivos que aquí publico no son míos, especialmente fotos, pues otra cosa que soy es amante de la fotografía. ^^